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Sí, desafino... ¡¿y qué?!

Estás contando a tus amigos que quieres convertirte en asiduo al karaoke: «¿Sabéis qué? ¡Voy a empezar a irme de karaoke todas las semanas!». Como respuesta a tu brillante idea esperas un aplauso, unas lágrimas de alegría, puede que incluso un ramo de flores, algunos desmayos y un pedido con envío urgente de camisetas que llevan tu cara, alabando todo tu esplendor.

Pero en vez de ánimos y el bien merecido aplauso, solo recibes miradas preocupadas y sonrisas falsas. «Pero, ¿tú cantas bien?», «¿Crees que estás listo para salir al escenario y ponerte delante de un montón de gente?», «¿Te sabes al menos la letra?» O bien: «Deberías pensar en practicar antes... ¡Te lo decimos por tu bien!». Como si hubieras anunciado que quieres participar en un triatlón sin haber participado nunca antes en ninguna competición deportiva y cuando falta solo una semana para que empiece.

El karaoke no es un concurso de canto

Los más tímidos de vosotros tenéis miedo de coger el micrófono, como si fuera vuestra primera cita con un dentista armado de una sierra y unos alicates. Y aún así, el 99,99 % de quienes participan en el karaoke te dirán lo mismo tras su paso por el escenario: «¡Al final, fue increíble!» Así que recuerda eso antes de dejar que el miedo te consuma: lo único a lo que te arriesgas es a divertirte demasiado.

En resumen: no hay ningún cantante famoso sentado en una silla esperando a girarse (o no) al final de tu actuación ni nadie va a pulsar el botón «X».

El secreto: la autocrítica

El público de un karaoke es, en la mayoría de los casos, el público perfecto. Es un público que quiere pasarlo bien con los demás participantes pero que no depende de ellos. ¿Tiene sentido? Una aparición en el escenario no se recibirá jamás de una forma tan calurosa como en la presencia de participantes que también dejan de lado su incomodidad demostrando una buena dosis de autocrítica. Incluso si estás destrozando I Will Always Love You, no te quedes a medio camino, completa la canción dándolo todo con la seguridad de un cantante de ópera.

Imagina a Michael Jordan atándose unos patines y saltando a la pista de patinaje sobre hielo. ¿Crees que atraerá burlas groseras por su incompetencia como patinador o que se ganará la simpatía del público por el hecho de intentarlo? Ya conoces la respuesta.

En resumen: el hueso cigomático (el hueso que te permite sonreír) del público es más sensible que sus tímpanos.

¡Fuera antidepresivos!

Sal a la calle, reúnete con tus amigos y haz reír a los demás, diviértete eligiendo una canción que te gusta y cantándola con toda tu alma... Con tan solo esta sencilla actividad crearás y reforzarás lazos sociales, además de expulsar pensamientos negativos y auto-saboteadores. Está demostrado que cantar puede hacer desaparecer hasta las tensiones mentales.

¿Te han dejado? Sigue adelante, canta a pleno pulmón All By Myself (no obstante, te recomendamos que, después de la tercera repetición, cambies de canción). ¿Tu jefe te hace la vida imposible? ¡Elige You Don't Own Me de Lesley Gore!

En resumen: el karaoke es catártico.

El karaoke no es una competición...

Es cierto que cantar a nivel profesional requiere conocimientos técnicos, mucha preparación, etc., pero ¡nadie ha dicho que el karaoke sea solo para profesionales!

Volvamos al ejemplo de Michael Jordan... El hecho de que Jordan solo jugara para los Chicago Bulls no significa que los jugadores de baloncesto de distintos niveles de fuera de Chicago no puedan jugar con él. El karaoke es ante todo un entretenimiento, una actividad compartida que debe practicarse con buen humor y buena disposición, y sin ningún tipo de juicios.

En resumen: cantar no es solo para quienes lo hacen bien, ¡sino para quienes quieren hacer algo bueno!

El karaoke puede ser un deporte

¿Sabes cuántos músculos ejercitas al cantar? Nada más y nada menos que 300, en su mayoría músculos faciales. ¡¿Quién necesita Botox?! Además, su impacto en la salud es también muy beneficioso. Para la respiración, por ejemplo. Cantar puede ser especialmente beneficioso para personas con trastornos del sueño. Un estudio realizado en Gales demostró que cantar reduce el estrés y fortalece el sistema inmunitario mediante la producción de citoquina, que estimula la producción de células y el sistema inmune.

En pocas palabras: ¡el karaoke es bueno para tu salud!

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